Herbert Kroemer – Premio Nobel de Ideas Impopulares
Herbert Kroemer – Premio Nobel de Ideas Impopulares
Herbert Kroemer – Premio Nobel de Ideas Impopulares
Herbert Kroemer nació en Weimar el 25 de agosto de 1928 en el seno de una familia de artesanos. Sus padres no tenían educación universitaria, pero al darse cuenta de su importancia, se aseguraron de que Herbert tuviera el mejor acceso posible a la educación. En la escuela a menudo lo disciplinaban porque, según recuerda, a menudo se aburría. Las clases y los temas tratados no fueron un reto para una mente joven fascinada con la ciencia, especialmente las matemáticas y la física. El profesor de esta última materia incluso permitió que el joven Kroemer ayudara a preparar las lecciones y dirigiera partes de ellas.
Herbert Kroemer – inicios de su carrera
Herbert se graduó de la escuela secundaria en 1947 e ingresó a la Universidad de Jena para estudiar física. Ya era un período de creciente conflicto entre la URSS y Occidente, y los centros académicos eran cada vez más atacados por las autoridades comunistas de Moscú. Tanto estudiantes como profesores fueron reprimidos, hubo detenciones y deportaciones. Al mismo tiempo, una ola de alemanes escapa de la RDA a Berlín Occidental y luego a Francia, Inglaterra y Estados Unidos. A fines de la década de 1950, Herbert Kroemer consiguió una pasantía en la fábrica de Siemens en Berlín y decidió que era hora de que él también escapara. Logró salir de Berlín y llegar a Gottingen, donde, entre otros, gracias a la intercesión de los profesores de Jena, pudo iniciar sus estudios en la Universidad Georg-August.
Sus intereses se centraron en la física experimental, pero el número limitado de plazas en el seminario del diplomado hizo que finalmente se volcara hacia la investigación teórica. Obtuvo su diploma (a la impresionantemente joven edad de 24 años) mientras trabajaba en un tema que todavía no era muy popular, aunque resultó ser muy prometedor: los transistores.
Visionario de Kroemer: transistores HBT y diodos láser
A pesar de sus logros, Herbert Kroemer no pudo desarrollar su carrera académica porque la Universidad no tenía vacantes. Sin embargo, logró encontrar empleo en un equipo de investigación que trabajaba para el Correo Alemán. Allí, por un lado, enfrentó los desafíos prácticos que enfrenta el creciente sector de las telecomunicaciones y, por el otro, continuó su investigación. Este último resultó en el primer desarrollo teórico de un transistor HBT que era capaz de manejar señales de alta frecuencia. En ese momento, faltaba tecnología para crear tales elementos, así como aplicaciones prácticas para ellos, pero hoy en día sería difícil para nosotros imaginar el funcionamiento de muchos dispositivos que funcionan en frecuencias de radio sin transistores HBT. El descubrimiento le dio a Kroemer la oportunidad de ir a los Estados Unidos, donde emigró en 1954 y trabajó en los laboratorios de Princeton, Palo Alto y Santa Bárbara. Allí, en 1963, logró otro logro significativo, esta vez relacionado con los láseres semiconductores. Como fue el caso con el transistor HBT, esta vez también el descubrimiento de Kroemer enfrentó dificultades: el proyecto no recibió financiamiento porque faltaba tecnología que pudiera beneficiarse de tales soluciones. Sin embargo, el proyecto no quedó en el olvido, y hoy, en base a los supuestos de la teoría desarrollada por Kroemer, se utilizan diodos láser, que utilizamos en telémetros, lectores de datos o sistemas de fibra óptica.
En los años siguientes, el físico alemán se ocupó del desarrollo de tecnologías de semiconductores, explorando las posibilidades del uso de compuestos de galio, indio y aluminio. Su contribución a la investigación sobre semiconductores y optoelectrónica fue premiada en 2000, cuando recibió el Premio Nobel de Física junto con Zhores Alferov.
Como ya se mencionó, muchas tecnologías modernas se basan en los descubrimientos de Herbert Kroemer. Ya no solo aparece en la lista de herramientas que usan láser, pero también en sensores industriales y en seguridad, lo que hizo posible acelerar la producción en masa de muchos bienes. Mientras tanto, la comunicación GSM, ha llegado al alcance incluso de los técnicos aficionados, gracias a módulos dedicados, sigue siendo uno de los mayores avances tecnológicos de las últimas décadas. De todos modos, Kroemer contribuyó a la miniaturización de todos los dispositivos de comunicación, que buscan los ingenieros electrónicos modernos.
Por supuesto, él no fue personalmente responsable de la cantidad de aplicaciones que se crearon a partir de sus descubrimientos (como diodos y módulos láser o relés de redes celulares), pero fue uno de esos científicos que dio otro paso significativo en el desarrollo de las máquinas de cómputo. Su personaje también nos recuerda que los tiempos de los inventores que ensamblaban sus prototipos en talleres caseros se han ido para siempre: hoy es la ciencia, la paciencia y el poderoso conocimiento teórico los que llevan las tecnologías a los siguientes niveles de progreso.

