Edith Clarke – un ingeniero en falda.
Edith Clarke – un ingeniero en falda.
Edith Clarke – un ingeniero en falda.
Edith Clarke nació el 10 de febrero de 1883. Era una de los nueve hijos de John Clarke, un abogado de Meryland. Desde los 12 años, tras la muerte de sus padres, fue criada por su hermana mayor, por lo que tuvo que cuidar en gran medida su futuro. Edith, una individualista ambiciosa, decidió usar la herencia que recibió e invertirla en educación. Se matriculó en Vassar College, donde desarrolló su mayor interés por las matemáticas y la astronomía, y luego continuó sus estudios en San Francisco. Comenzó sus estudios de ingeniería civil, pero los dejó para trabajar en AT&T. Curiosamente, participó allí en el proyecto para crear la primera conexión transatlántica, tema del que ya hemos hablado muchas veces. Desde el punto de vista actual, esto puede parecer divertido, dado el acceso generalizado a hojas de cálculo y programas especializados, pero Edith Clarke en AT&T era una "computadora viviente", y eran precisamente los cálculos que necesitaban los ingenieros que desarrollaban soluciones que conectarían a Estados Unidos con Europa. Sin embargo, las ambiciones de Clarke no acabaron ahí, como demuestra el hecho de compaginar el trabajo profesional con los estudios electrotécnicos en la Universidad de Columbia. Unos años más tarde, ingresó al mismo campo en el prestigioso MIT, para finalmente obtener una maestría. Sin embargo, lo más importante es que fue la primera mujer en hacerlo.
Al final resultó que, el conocimiento confirmado por el diploma no fue suficiente para competir con éxito en la "profesión masculina" y Clarke no pudo tomar el puesto de ingeniero. El empleo en GE, donde supervisó el trabajo computacional, fue un éxito a medias. Clarke abordó el trabajo con su propio estilo: desarrolló una de las primeras calculadoras gráficas que no solo podía resolver ecuaciones lineales que involucraban funciones hiperbólicas de corriente, voltaje e impedancia, sino que también lo hacía muchas veces más rápido que con los métodos actuales. Fue importante porque el acelerado proceso de electrificación y la creciente demanda de electricidad obligaron a los operadores de red a trabajar intensamente para mejorar su transmisión. Clarke solicitó una patente en 1921 (confirmada en 1925), y un año después, GE le ofreció el trabajo de sus sueños como ingeniera, convirtiéndola en la primera mujer en ocupar este puesto en los Estados Unidos. También fue la primera conferencista (y miembro) en la historia en presentar sus análisis en una reunión del Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos. Sus habilidades analíticas también contribuyeron a la construcción de la Presa Hoover, que durante muchos años fue la central hidroeléctrica más grande del mundo.
Un elemento importante del legado de Edith Clarke son sus logros en el campo de la enseñanza: es autora de un libro de texto de dos volúmenes dedicado a métodos de investigación y mejora de la eficiencia de los sistemas de energía y la eficiencia de los dispositivos eléctricos. Además, Clarke ha enseñado en la Universidad de Austin durante más de 10 años. Allí obtuvo una cátedra de ingeniería eléctrica. Nuevamente, la primera mujer en los Estados Unidos.
Como ya se mencionó anteriormente, hoy en día es difícil imaginar dispositivos que… no puedan contar. Las operaciones matemáticas complicadas en tiempo real realizan no solo los dispositivos de medición, como osciloscopios o multímetros, ni los sensores y convertidores industriales o microprocesadores, pero hasta los circuitos integrados más simples, que están incorporados en equipos de consumo, o incluso en juguetes. Por lo tanto, los logros de Edith Clarke pueden parecer historia antigua, aunque se realizaron hace menos de cien años. Lo mismo ocurre con la calidad de la energía. Las fuentes de alimentación contemporáneas, extraen corriente de redes altamente estables, equipadas con convertidores de precisión, ofrecen voltajes que oscilan en el rango de microvoltios. La precisión se logra hoy en cada planta de producción automatizada monitoreando la calidad de la electricidad. Los desafíos a los que se enfrentó la mujer que fue la heroína de las notas de hoy, quedaron atrás. ¿Pero lo son todos? Bueno, al menos los de electricidad...

