Charles-Augustin Coulomb – de Martinica a la Torre Eiffel
Charles-Augustin Coulomb – de Martinica a la Torre Eiffel
Charles-Augustin Coulomb – de Martinica a la Torre Eiffel
Charles-Augustin Coulomb proviene de Angulema, nació exactamente el 14 de junio de 1736. Recibió una completa educación en el Colegio de las Cuatro Naciones de París. Tuvo la suerte de tener un futuro en la medicina, pero las lecciones impartidas por Pierre Charles Lemonnier centraron sus intereses en las matemáticas y la física. Continuó su educación en la academia militar L'École royale du génie de Mézières, lo que le permitió no solo explorar los secretos de las últimas ideas de ingeniería, sino que también le abrió la puerta a una carrera. En 1764 fue enviado en misión a Martinica, donde participaría en la construcción de las fortificaciones de Fort Bourbon. Para Francia, que fue derrotada en la Guerra de los Siete Años, este fue un punto estratégico importante. Coulomb permaneció en la isla durante 8 años, durante los cuales no solo contribuyó al aumento de la defensa de la instalación, sino que también realizó numerosos experimentos e investigaciones, entre otros, los fenómenos de fricción o resistencia de los muros de contención, para los que utilizó el cálculo diferencial. También utilizó sus habilidades y experiencia en los años siguientes, siendo responsable de la modernización del fuerte en la isla de Aix.
La naturaleza del científico no le permitió a Coulomb guardar el conocimiento adquirido solo para él. Recopiló sus observaciones y descripciones de experimentos en extensos artículos, que envió a la Academia de Ciencias de Francia. En 1781, sus logros fueron honrados con el Premio de la Academia de Ciencias y Coulomb se convirtió en miembro oficial de esta organización. Fue el período entre ese momento y el estallido de la Revolución Francesa el que resultó ser el más importante en la carrera científica de Coulomb. En ese momento, abordó el tema de la electrostática y el magnetismo. Utilizando un peso de su propio diseño, realizó experimentos muy detallados que le permitieron forjar una teoría sobre la interacción de cargas eléctricas. Hoy en día, todos los estudiantes del nivel de la escuela primaria conocen sus supuestos como la ley de Coulomb. Sin embargo, los logros del ingeniero militar no terminaron ahí. También introdujo el concepto de momento magnético y descubrió el efecto de blindaje de los objetos dentro de conductores huecos.
Los logros de Coulomb han sido honrados de muchas maneras, la más conocida de las cuales es que recibió su nombre de una unidad SI de carga eléctrica. También cabe mencionar que pertenece a 72 científicos relacionados con Francia, cuyos nombres fueron colocados en la Torre Eiffel.
Aunque en esta serie nos centramos principalmente en los inventores, en ocasiones nos complace presentar la figura de un investigador o descubridor extraordinario. Coulomb, obviamente, pertenece al último grupo. La importancia de sus logros es tanto más interesante cuanto que este científico sentó las bases para el estudio del electromagnetismo, aunque no tenía una fuente estable de corriente continua en su laboratorio. Pensando en la electrónica desde el punto de vista de la ciencia, y es esta perspectiva la que permite el desarrollo de dispositivos modernos, desde condensadores hasta procesadores, en realidad continuamos con la reflexión iniciada por Coulomb.
Los logros del investigador francés no se tradujeron directamente en invenciones prácticas. Sin embargo, los fenómenos observados por Coulomb se ponen en práctica todos los días. Incluso nos resulta difícil imaginar un mundo sin los dispositivos que los utilizan. Estos son sobre todo los motores eléctricos y los relés, es decir, elementos presentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Pero también transformadores o puerta abiertas con un botón de intercomunicador. Lo mismo se aplica a la pantalla de objetos rodeados por una guía. Los cables y conectores blindados actualmente están presentes en todas partes, desde las instalaciones de RTV hasta las redes internacionales de teleinformática. Son un producto tan común para la gente moderna, como si hubiera existido "desde siempre". Y aunque los fenómenos físicos en sí mismos existieron y existirán siempre, la humanidad nunca hubiera podido conocerlos y usarlos si no fuera por las mentes inquisitivas y sobresalientes de figuras como Charles-Augustin Coulomb.

